Francia es el territorio que más glorifica o hunde a un ciclista. La que decide sobre sus cumbres alpinas y pirenaicas quién puede llegar más allá o quién, por el contrario, se queda estacando en sus propias pedaladas. El Tour de Francia, la Dauphiné... todas las carreras galas moldean a los ciclistas a su propio placer. Es tierra santificada. Y Luis León Sánchez está ya convertido en su mejor devoto. Ha ganado etapas en Paris-Niza, Tour del Mediterráneo...hasta en el propio Tour de Francia. Le restaba uno. El de Haut Var. Las altas tierras. Hasta ahora. También ha conquistado las grandes alturas. La primera etapa de la ronda francesa ha sido para el murciano, que se coloca también como líder de la clasificación general.
Y todo gracias a un trabajo "muy inteligente durante todo el día del equipo". Vanagloriaba Luisle a sus compañeros, especialmente a su paisano Alejandro Valverde, azotado por los vientos italianos que quieren empujarle a la sombra. "Me lanzó perfectamente y solo tuve que rematar". Jugaron al despiste. "Todo el mundo pensaba que habíamos preparado el terreno para Valverde pero decidimos entre nosotros que lo iba a intentar yo". Tocado por los dioses. Galos, por supuesto. Los que le alzaron al triunfo hace apenas una semana en el Tour del Mediterráneo, por la baja Francia y le empujaron una vez más para rematar en Haut Var.
www.ciclismoafondo.es (21.02.2009)
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