Desde hace algunos meses, desde que las Federaciones de España, Francia, Italia, Bélgica, Luxemburgo y Austria decidieron respaldar a los organizadores de las tres grandes -Vuelta, Giro y Tour- en su oposición al ProTour, la UCI estudia la forma de impedir, o cuanto menos dificultar, la participación de sus corredores en los JJ.OO. de Pekín como manera de debilitar su posición de fuerza.
Si no fuera por esta amenaza, es posible que las tres grandes vueltas por etapas, y quizá también las seis federaciones nacionales mencionadas, ya hubieran roto con la UCI, pero aunque todavía no lo han hecho la distancia que les separa del organismo internacional es cada día mayor, luego no sería de extrañar que el cisma finalmente se produjera pasada la cita olímpica, aunque lo deseable por el bien de este deporte es que se llegara, como el jueves pidió públicamente el ministro francés de Deportes, a un pacto entre las partes, algo que sin embargo no han conseguido en los casi tres años que llevan de estéril y cruenta guerra por el poder.
La UCI, que por sí sola no puede impedir la participación de un país en los JJ.OO, podría sin embargo sancionar a las seis federaciones rebeldes impidiéndoles su concurso en los Mundiales (ya lo intentó con Valverde en Stuttgart), algo que va a estudiar el 20 de febrero próximo en una reunión de su Comité Directivo. Si fuera así, España no tendría la oportunidad de luchar por las plazas en juego en el Mundial de Manchester de pista, a finales de marzo, cuando esta especialidad es una de las que más gloria ha dado a España en las últimas Olimpiadas.
Más que España, no obstante, podría perder Francia, la gran potencia mundial de esta especialidad, de ahí que Bernard Laporte, el ministro de Deportes galo, se reuniera el pasado jueves en París con Pat McQuid, presidente de la UCI, y Hein Verbruggen, vicepresidente de este organismo y a su vez presidente del Comité Organizador de Pekín 2008, para allanar el camino y pedir un acuerdo de la UCI con los organizadores.
En el caso español el conflicto se antoja aún más espinoso porque, al margen de lo que se puede perder en el camino, conviene no olvidar que Hein Verburggen, el todopoderoso ex presidente de la UCI, es uno de los hombres fuertes del olimpismo mundial y por tanto una de las personas con más peso a la hora de inclinar la balanza de uno u otro lado a la hora de elegir las sedes olímpicas.
Fuente y Foto : www.marca.com (12.01.20085)
