El corredor del Euskaltel Euskadi Roberto Laiseka, de 37 años, confirmó su decisión de retirarse del ciclismo en activo al no poder recuperarse de la lesión que le ha mantenido de baja en los últimos meses. Laiseka se va con su victoria en Luz Ardiden, en el Tour de 2000, en la retina de todos los aficionados.
El ciclista vizcaíno se fracturó la rotula de la rodilla derecha al caerse el pasado 19 de mayo en la duodécima etapa del Giro de Italia y desde entonces no ha podido volver a correr. Tras pasar por el quirófano, la recuperación de la lesión no fue como esperaba y finalmente tomó la decisión de retirarse.
El corredor nacido en Gernika (Vizcaya) el 17 de junio de 1969 reconoció que la decisión ha sido "muy dura", "no quería dejar la bici de esta manera". "Me gustaría haber hecho bien este año, pero la pierna no me funciona. Bastante que puedo doblar la pierna, pero andar encima de la bici es imposible. La pena que tengo es dejar la bicicleta así porque me gustaría haberla dejado delante de la afición", comentó en el transcurso de una recepción del diputado General de Vizcaya, José Luis Bilbao, a la plantilla del equipo naranja.
Laiseka explicó que la rodilla de la que se operó el 23 de mayo le produce molestias en actividades cotidianas como bajar escaleras o permanecer un tiempo en un coche. "Con el tiempo creo que mejorará, ya que no tengo dolores, pero hay que darle tiempo. Ya me dijeron los médicos que bastante era que doblara la rodilla y que la bicicleta era imposible, pero lo he intentado", desveló.
El escalador vasco, el único que continuaba en el equipo Euskaltel Euskadi desde su fundación en 1994, recordó que, "en Navidades", cuando veía que "se acercaba la temporada, iba al gimnasio y hacia todo lo que podía" para volver a correr, pero "veía que la pierna no" le respondía. Así que, "para seguir de mala manera", y creyendo que "iba a ser más duro ir a hacer el ridículo", llegó a la conclusión de que "no merecía la pena seguir".
Cinco victorias profesionales, una en el Tour
Laiseka se retira con pocas victorias como profesional, cinco, pero todas ellas de gran valor y en exigentes etapas de montaña. Sin duda, la más importante de todas ellas fue la que obtuvo en el Tour de Francia de 2000, la etapa reina de esa edición con final en Luz Ardiden.
No obstante, también fueron relevantes las tres que consiguió en la Vuelta a España, en las ediciones de 1999, 2000 y 2005, con la meta en Abantos, Arcalis y Cerler, respectivamente. La quinta la logró casi en casa, en la etapa con final en el Santuario de Arrate en la Bicicleta Vasca de 2004. No imponerse en un carrera de esas características, es decir, en una vuelta de cinco días, es uno de los pesares que le queda al ciclista afincado en Algorta (Getxo).
De todo lo que le ha dado su carrera deportiva, Laiseka tiene claro que con lo que se queda es "con la afición". "Es un orgullo que la gente te reconozca por la calles. La gente te recuerda, te quiere y eso es muy importante", destacó.
Para el ya ex-corredor del Eukaltel, "las victorias fueron importantes", pero también otras actuaciones destacadas que quizás tuvieran menos trascendencia. De entre estas últimas recuerda el día que fue segundo en una etapa del Tour "por detrás de (Félix) Cárdenas" o "el cuarto puesto" en una cronoescalada de la carrera francesa en la que a mitad de recorrido marcó el segundo tiempo tras Lance Armstrong. Asimismo, "otras subidas" que hizo "entre los tres primeros".
"He ganado poco pero he tenido la suerte de hacerlo en carreras importantes", resumió, satisfecho, lo que ha sido su carrera deportiva. También se acordó de sus inicios y dijo que habla a menudo con César Solaun y recuerdan cuando empezaron en 1994. "Pasamos muchas penurias y sufrimientos. Corrí la Vuelta a España y me di cuanta de que algo teníamos porque no llegábamos los últimos", añadió. De aquellos tiempo recuerda especialmente, los 'sprints' con especialistas como "(Mario) Cipollini o (Adriano) Baffi".
El manager del Euskaltel Euskadi, Miguel Madariaga, comentó que, en el futuro Laiseka podría entrar dentro del proyecto que el grupo deportivo naranja tiene de crear un equipo continental profesional.
