Por fin una buena noticia para Alejandro Valverde. El murciano se impuso en la tercera etapa de la Vuelta a Castilla y León con final en la estación invernal de San Isidro y endulza el amargor con el que había comenzado la temporada después de una caída sin consecuencias en Mallorca y su polémica con el CONI. "La primera victoria de la temporada siempre es importante. Te da mucha confianza de cara al resto del año", comentaba el actual campeón de España.
El murciano ganó como él sólo sabe hacerlo: con unos magistrales 200 metros finales y con la sangre fría que te da la experiencia. No es la primera vez que Valverde se ve en una situación como esta. El pelotón llegó con un amplio número de unidades a pie de puerto, de segunda categoría y el único escollo de la jornada, lanzado por el alto ritmo que imponía el equipo Astana. Por delante, con escasos segundos, sólo quedaban Mancebo (Rock Racing), Urtasun (Euskaltel) y Pauwels (Cervelo), pero fueron absorbidos en las primeras rampas casi por inercia.
Caisse d'Epargne tomó entonces el mando del grupo y terminó de acelerar el ritmo para que su jefe de filas rematase la faena en una jornada que le venía como anillo al dedo. ". Tenía esta tercera etapa en la mente porque sabía que se adaptada perfectamente a mis características y sabía que con un poco de suerte, podía ser mía".
Alejandro precedió en meta a Rubén Plaza (Liberty), Javier Moreno (Andalucía-CajaSur), Alberto Benítez (Fuji-Servetto) y Rubén Pérez (Euskaltel) que poco pudieron hacer ante el poderío del murciano.
Leipheimer, por su parte, mantuvo el liderato sin mayores apuros y será en la cuarta etapa, la jornada reina de la carrera con la llegada al Alto de la Laguna de los Peces, donde tendrá que defender el maillot grana, aunque por lo que parece contará con un colaborador de excepción: Alberto Contador. "Si gana Leipheimer es como si ganara yo", reconocía el corredor de Pinto en meta.
Fuente y FOto : www.marca.com (25.03.2009)
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