El ciclismo es un deporte de resistencia. De acondicionamiento al terreno. A veces escarpado, otras definido. Hay ocasiones que es como una selva. Donde no hay leyes. Priman la fuerza y la consistencia. Así ha sucedido en la tercera jornada del Tour Down Under. Otro día más los sprinters. El más rápido impone su dictadura. Pero antes hay que llegar hasta los últimos metros para poder disputarlo. La ley de la selva. Sobreviven solo lo más fuertes. Ése fue Graeme Brown, que se adelantó a Allan Davis y O'Grady en el sprint final para llevarse el triunfo de etapa.
A ese sprint no pudo llegar André Greipel. El vencedor de la primera etapa se ha dislocado un hombro al comienzo de la etapa y se ha visto obligado a poner rumbo a la cama de un hospital australiano, con el recuerdo, eso sí, de una victoria parcial, la de la primera etapa, que no podrá reeditar este año. Como él, otros ochos corredores echaron el pie a tierra. Rémy Di Gregório, Baden Cooke, Kai Reus, Nardello, Capelli...
El que no desiste es José Joaquín Rojas. El murciano del Caisse d' epargne continúa apareciendo entre los primeros en los sprints. Séptimo. Se acerca cada vez más al esperado triunfo que tanto ansía. Y mientras Rojas se afana en la búsqueda del tesoro, su compañero Pereiro disfruta con su simple vuelta a la competición. Su premio es volver a pedalear en una carrera tras la caída que le hizo terminar la temporada antes de finalizar el Tour de Francia. "He trabajado duro durante el invierno y estoy mejor de lo que esperaba. Lo llevo bastante bien las etapas". Para el gallego, la de hoy "era más fácil pero la etapa de ayer era muy exigente con 2200 metros de desnivel y que acababa en subida".
Lo más positivo para el gallego es que "he estado con los más fuertes. Es cierto que me queda mucho trabajo por delante para estar al máximo nivel, pero por el momento y después de seis meses sin competir, la verdad es que no va mal la cosa. Ahora, de aquí al final de la carrera, mi único objetivo es seguir entrenando a ritmo de competición y seguir progresando". Como Allan Davis. El australiano demarró ayer el maillot amarillo y no quiere soltarlo. La carrera de su tierra bien merece un esfuerzo sin leyes de por medio. Solo ser el más fuerte.
www.ciclismoafondo.com (22.01.2009)
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