26 julio 2008

Justo premio para el combativo Chavanel


El ciclista francés Sylvain Chavanel logró imponerse en la decimo novena etapa del Tour de Francia que comprendía las localidades de Roanne y Montluçon sobre un recorrido de 165,5 kilómetros. El corredor del Cofidis culminó una buena escapada junto a su compatriota Jeremy Roy que fue segundo. En la general no se registran cambios con Carlos Sastre como flamante líder amarillo un día antes de medirse a Cadel Evans en la decisiva contrarreloj.

Nuevo capítulo de la particular transición en el Tour de Francia. Al igual que en la jornada de ayer, los ciclistas se dedicaron a 'pasear' por territorio galo en un día propicio para intentar una buena escapada o para cantar la victoria en la línea de meta en forma de sprint.

El día venía además marcado por el abandono del italiano Damiano Cunego de la ronda francesa tras la caída y las consiguientes heridas cosechadas en el día de ayer. Tras esto comenzó la carrera y los intentos por culminar una escapada. Un grupo de cinco corredores compuesto por Schumacher, Fedrigo, Egoi Martínez y Ballan se lanzaron a la aventura en los primeros kilómetros pero de manera muy tímida, comportamiento que el pelotón no perdonaba neutralizando el fallido intento.


Las lágrimas del éxito
En el kilómetro 75, Sylvain Chavanel se lanzaba al ataque seguido del que sería su compañero de fatiga, el también francés Jeremy Roy. Los dos consiguieron abrir una importante brecha con respecto a un pelotón que se relajó en exceso y lo pagó caro. La diferencia entre unos y otros aumentaba progresivamente hasta que el grueso se dio por vencido a falta de diez kilómetros para el final.

Las miradas de intención entre Roy y Chavanel comenzaron y la vigilancia era máxima. La duda era cuál sería mejor ladrón a la hora de hacerse con el preciado tesoro de vencer una etapa en el Tour de Francia. Sin embargo, las ganas y la experiencia de Chavanel sirvieron para que se resolviera este combate. El francés del Cofidis se desquitaba de esta forma de una espina que le duraba siete años en donde no había podido conseguir ninguna victoria en Francia a pesar de ser uno de los corredores más valientes del pelotón.

Justo premio por tanto para un corredor que no podía ocultar su alegría y su satisfacción en forma de lágrimas por el premio conseguido. Todo esto en un día en el que Carlos Sastre gozó de un bonito día luciendo con orgullo su maillot amarillo. Sin embargo mañana será otro día.

La contrarreloj de 53 kilómetros entre las localidades de Cérilly y Saint-Amand-Montrond será decisiva para saber si puede cantar su primer Tour de Francia esquivando la amenaza del australiano Cadel Evans. La diferencia entre ambos es de un minuto y treinta y cuatro segundos. Una diferencia que puede ser amplia o escasa según cómo se presente la carrera, pero de lo que no cabe duda es que la diferencia entre quedar primero y segundo es gigante, como Carlos Sastre.

www.marca.com (25.07.2008)

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