28 septiembre 2008

Alessandro Ballan, una bala de oro


Como una bala. Así saltó el italiano Alessandro Ballan de la escapada buena a poco más de un kilómetro para meta, lo que le permitió proclamarse campeón del mundo de ciclismo de fondo en carretera con tiempo de entrar celebrándolo con sus compatriotas que abarrotaban las calles de Varese. Ballan fue el más rápido en completar los 260,25 kilómetros de la prueba, por delante de su compañero Damiano Cunego (plata) y el danés Matti Breschel (bronce). El mejor español fue Joaquím Rodríguez, sexto, mientras que favoritos como Óscar Freire, Paolo Bettini, Tom Boonen o Eric Zabel entraron juntos mucho después.

Pero aunque el Mundial constaba de 260 km., la carrera no arrancó de verdad hasta el kilómetro 104 cuando el equipo italiano decidió que los casi 18 minutos de ventaja que llevaban el venezolano Ochoa Quinteros, el ucraniano Chuzhda y el luxemburgués Poos eran demasiados. Las 'balas azules' cambiaron el ritmo en el inicio de la séptima vuelta al circuito y comenzó una nueva historia. Hasta entonces, paseo del pelotón, caídas sin graves consecuencias entre un masivo grupo de 205 corredores, pinchazos, primeros abandonos, una avería de Luis León rápidamente solucionada y tres ciclistas viviendo su rato de gloria. Pero pronto su ventaja se fue esfumando a más de tres minutos por vuelta.

Así, seis vueltas después de proponérselo, el pelotón neutralizó la escapada (primero a Poos y Ochoa y poco después a Chuzhda). Entonces, los saltos para abrir hueco respecto a un grupo muy estirado se convirtieron en los protagonistas de las siguiente vueltas. Italia hizo trabajar al resto y Bettini, que entró en más de un corte, no se escondió. Mientras, el equipo español se mantuvo siempre alerta, demostrando su capacidad de reacción ante cualquier variación por insignificante que pareciera.

Sin embargo, en el momento clave, sólo Joaquím Rodríguez (el mejor español junto a Gárate) cogió la rueda que tenía olor a medalla. Era el corte bueno, la escapada de las medallas. Empezó siendo un quinteto y acabó convirtiéndose en la escapada que se repartiría las medallas.

Italia tenía un 'Ballan' en la recámara y con ella remató su lección en el Mundial: oro para Ballan, plata para Cunego y paseo triunfal de despedida para Bettini.

www.marca.com (28.09.2008)

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