Alberto Contador pasó con nota la tan temida y esperada etapa del pavé al perder poco más de un minuto respecto a Fabian Cancellara, nuevo maillot amarillo, y Andy Schleck, que montaron una auténtica escabechina en el pelotón aprovechándose de una caída de Frank, el mayor de los hermanos. Un pinchazo condenó a Armstrong a llegar a más de dos minutos del ganador, el noruego Thor Hushovd.
Al comienzo de la jornada, el miedo reinaba en el pelotón. Los vendajes proliferaban en la línea de salida y por delante quedaban 213 kilómetros; 13,2 de ellos sobre los adoquines de ‘La locura del norte’, hoy menos locura gracias al buen tiempo.
La enajenación la desató la caída de Frank Schleck al comienzo del sector de Rosieres justo cuando comenzaba la ofensiva total de los Saxo Bank que se habían encargado de endurecer el acercamiento a los tramos de la mano de Jens Voigt.
Sin compasión
El enganchón se produjo en la parte delantera del pelotón perjudicando a todos los que venían detrás. Sólo el sorprendente Geraint Thomas, Cadel Evans y Thor Hushovd pudieron seguir la rueda de Fabian Cancellara y Andy Scheck que no miraron hacia atrás ni por un segundo, un movimiento que dará mucho que hablar, sobre todo tras ser los principales beneficiados del indulto de Spa.
Por detrás de los hombres de Riis, el pelotón se despedazaba sobre un pavés que ha rescatado una nueva sensación al Tour de Francia, muy necesaria en los días que corren para el ciclismo. Armstrong deambulaba en un grupo intermedio acompañado por Yaroslav Popovich, el Radio Shack más experto sobre el pavé.
Más atrás, se encontraba Contador en un grupo muy numeroso 'custodiado' por Vinokourov. La ‘carnicería’ prometida por Armstrong parecía que iba a llegar a buen puerto, pero el español, siempre muy paciente, se reenganchó al americano al comienzo del siguiente sector.
Allí, llegó la debacle de Lance, que debido a un inoportuno pinchazo, comenzó su particular travesía por el desierto. Hasta ahora no se había visto al heptacampeón tan solo como hoy, sin compañeros a su alrededor. Sin embargo, incluso en esos momentos de extrema dificultad, el tejano supo reaccionar con pundonor y minimizó la perdida de tiempo en la línea de meta.
Por delante suyo, entraba Contador, que perdió 20 segundos preciosos por una avería mecánica ya dentro del último kilómetro, una pequeña porción de mala suerte dentro de una jornada en la que se ha quitado un gran peso de encima.
La lucha por la etapa
Aparte de la lucha por la general, también estaban los que buscaban convertirse en los reyes del adoquín. Los primeros en intentarlo fueron siete valientes, Cummings, Brutt, Klugem, Rolland, Auge, Imanol Erviti y Ryder Hesjedal. Este último dio una lección de cómo rodar sobre el pavé y puso en jaque al actual ganador de la París-Roubaix, Fabian Cancellara, en su persecución.
Finalmente, ‘Espartaco’, sacrificándose en beneficio de su compañero de equipo, dejó la victoria en bandeja al noruego Huhovd que no falló el penalti. Flojito y al centro, gol y victoria de etapa. Al menos el suizo, se quedó con el consuelo de recuperar el amarillo tras una jornada para olvidar para Sylvain Chavanel. Los dioses le robaron todo lo que le habían regalado camino de Spa.
wwww.marca.com (06.07.2010)
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