24 julio 2010
Contador y Andy se reparten el botín
Alberto Contador y Andy Schleck se repatieron los premios que concedía la decimoséptima etapa del Tour de Francia que abordaba este jueves la ascensión al Tourmalet. El de Pinto logró pegarse al luxemburgués, que se hizo con la victoria de etapa pero que vio como el español se convertía, salvo sorpresa, en virtual vencedor de la ronda gala.
Por si alguien tenía dudas, el ciclismo en general y el Tour en particular, es cosa de dos. Contador y Schleck, que además son muy buenos amigos, están a otro nivel. La de este jueves era una etapa que todos tenían marcada en el calendario y que pocos olvidarán. El luxemburgués debía atacar el liderato del madrileño, pero éste demostró por qué es el rey de este deporte, hoy por hoy
La jornada comenzó con un susto tremendo, el que nos dio Samuel Sánchez pasado el primer puerto del día, el de Renoir. El asturiano sufría una dura caída en la zona del pecho que le dejó muy dañado. El corredor, al que en principio le costaba respirar, estuvo tendido en el suelo unos minutos y el resto del pelotón decidió esperarle, menos Carlos Sastre.
Sastre lo intentó desde muy lejos
El ciclista del Cervelo se marchaba junto a su compañero Konovalovas en busca de una escapada del día formada por Juan Antonio Flecha (Sky) , Edvald Boasson Hagen (Sky) , Kritsjan Koren (Liquigas), Alexandre Kolobnev (Katusha), Marcus Burghardt (BMC), Remi Pauriol (Cofidis) y Rubén Pérez (Euskaltel Euskadi).
Todos ellos llegaron a tener una ventaja de más de ocho minutos con respecto a un pelotón donde ya rodaba sin problemas Samuel. Entre medias se quedaba solo Sastre, que hizo un tremendo desgaste buscando la machada pero que se quedó sin premio.
Tras pasar sin novedades por el segundo ascenso del día, el Marie-Blanque, la carrera comenzaba a animarse en la subida al tercero, el de Soulor. Allí es donde el Astana y el Saxo Bank comenzaban a endurecer la etapa y se producía una primera selección de corredores. La lluvia y la niebla complicaban las cosas en una jornada donde la dureza iba de menos a más.
Tras un descenso donde se extremaban las precauciones, Sastre fue absorbido por el pelotón a falta de 25 kilómetros para el final en Tourmalet, el plato fuerte del día, y que servía como final de etapa por segunda vez en sus cien años de historia. La primera había sido en 1974 y el vencedor fue Pierre Danguillaume.
Un Tourmalet sin sorpresas
Poco después, a falta de unos 18 kilómetros, comenzaba la guerra por intentar escalar la tremenda roca. Algunos 'gallitos' del pelotón como el propio Sastre, Armstrong, Basso o Evans cedían terreno a las primeras de cambio en un pelotón que perdía unidades a pasos agigantados.
El fuerte ritmo impuesto por el Saxo Bank terminaba por dejar a muchos totalmente clavados y por delante, en cabeza, Kolobnev lo intentaba en solitario en una misión que más bien parecía suicida. A 10 para el final, se rompió la carrera. Andy Schleck, como era previsible, lanzó su ataque pero Contador se pegó como una lapa a su amigo.
Por detrás marchaban el resto de favoritos con Samuel, Menchov, 'Purito' y Van Den Broeck como principales espadas. La nueva cabeza de carrera era la formada por Contador y Schleck, que superaron sin problemas a Kolobnev y se marcharon en solitario cuando todavía quedaba un mundo por escalar.
Golpe de autoridad de Contador
El luxemburgués miraba al español, que, obviamente, no tenía ninguna necesidad de tirar de esa escapada. Contador, muy inteligente, supo aguantar la rueda de su gran rival y, cuando lo vio claro, lanzó su latigazo para dar un golpe de autoridad en la carrera más grande del mundo. Sin embargo, su ataque fue bien respondido por Schleck.
Y así se llegó al final, donde Contador no le disputó la etapa a su amigo, quizás como un favor por el famoso día de la cadena, donde se hizo con el amarillo. Por detrás llegaba Purito, seguido de Hesjedal y de Samuel Sánchez, que logró arañar 8 segundos a Menchov en los metros finales.
El asturiano tendrá que defender con uñas y dientes su tercer puesto en la general en la contrarreloj del sábado que arranca en Burdeos y que cuenta con 52 kilómetros. Un día donde Contador, en principio, no debería tener ningún problema para conservar el liderato y proclamarse como ganador de un Tour donde ha vuelto a demostrar que es el más fuerte. Su tercera 'Grande Boucle' está ya a la vuelta de la esquina.
www.marca.com (22.07.2010)
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