17 julio 2010
Primera de 'Purito'
Andy Schleck, valiente y agrandado con su maillot de líder, necesitaba un escarmiento. Y el ciclismo español, el primer triunfo en este Tour. Trece días eran demasiados. Así, sobre la pista del aeródromo de Mende minutos antes de que una tromba de verano lo deshiciera todo, la carrera se encargó de poner a cada uno en su sitio. Joaquín Purito Rodríguez estrenó su palmarés en la ronda gala con Contador a rueda, entrando Schleck a diez segundos, con el resto de aspirantes al tercer puesto del Tour (mención especial para Samuel Sánchez).
Sería justo escribir que si Contador pudo devolverle al luxemburgués los diez segundos que perdió en Avoriaz, golpe psicológico al margen que deja la diferencia entre ambos en sólo 31 segundos, fue en parte gracias a su acierto de darle bola y continuidad al ataque de Purito. El hijo de Rodríguez Ayora se había guardado todas las balas para la subida al Col de la Croix-Neuve, con el pueblo de Mende a la vista. En su primer Tour, a sus 31 años, Mende debía ser como el patio de su casa en Parets. "Lo sabía todo de la subida". Pese a haberse caído antes. Conocía incluso que era suficiente saltar del grupo a 3 km de meta para atrapar los resquicios de la escapada del día. Ese remanente era ni más ni menos que Vinokourov, lanzadera de Contador que ya se veía ganador. Saltó el catalán, contragolpeó Contador. El baile encima de la bicicleta del de Pinto tuvo la suficiente fuerza y duración como para que Schleck dejara de intentar seguirle, se sentara y agachara la cabeza. Empate. Schleck ganó en los Alpes por diez segundos, logrados en tres días. Ayer, en sólo 2 km, Alberto se los comió todos.
Estrategia.
El hecho de colocar a Vinokourov en la fuga de la jornada obligó a Saxo Bank a uno de esos trabajos que luego se pagan a precio de oro. Tirar todo el día a pecho descubierto para que 18 corredores, dos equipos completos al peso, no rompan la carrera entera. Andy Schleck puede tener piernas, pero no la escuadra poderosa de otros años. Y menos en la montaña. Desde mañana, arranque de su famoso "tengo un plan en los Pirineos", va a quedarse solo ante un peligro llamado Contador, al que sólo Vinokourov puede traerle problemas.
El kazajo jura no haber oído que Contador y Purito llegaban como aviones por el tren de cola. Le pasaron como quien silba, lo que significa que la etapa en la que se veía en el podio se iba por el retrete. Fue el "combativo del día". Honor menor para el patrón del Astaná, tan gallo como el que más y al que no le sentó nada bien no levantar los brazos en Mende. Porque el que lo hizo en su lugar fue Rodríguez Oliver, apellidos ciclistas que no habían pisado el Tour. Muchos años quiso venir y nunca le trajeron, ni en la ONCE, ni en Saunier ni en Caisse d'Epargne. Desesperado y sin tiempo para fallar el tiro, Purito se lanzó a por Contador. "¿Me dejas ganar la etapa?". "No", le dijo Alberto. Normal. Había sacrificado la victoria de un compañero (Vinokourov) a riesgo de cabrearle. Contador no está en el Tour para regalar nada a nadie. Ni a un amigo. Ni a un compañero. Ni a Schleck, al que ayer lo cayó un buen purito.
www.as.com (17.07.2010)
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