14 julio 2008
Piepoli pone la guinda en Hautacam y Evans se viste de líder
Leonardo Piepoli se coronó en la cima de Hautacam, poniendo la guinda a una tremenda etapa del Saunier en la etapa reina de los Pirineos. El italiano cruzó el primero la línea de meta al son de un gran Juanjo Cobo. El ciclismo hizo justicia y concedió al italiano su primera victoria de etapa en la ronda gala, algo que llevaba demasiado tiempo buscando. El hambre del italiano, al que no le importan lo más mínimo sus 37 años, se merecía un premio que se cimentó en el trabajo de su equipo, un Saunier Duval que se lució.
La película tuvo de todo. En el ámbito de la general, Kirchen perdió el liderato en beneficio de un Cadel Evans que se enfundó el maillot por sólo un segundo, lo que ahora le saca en la general a Frank Schlek. El luxemburgués del CSC protagonizó la subida a Hautacam con los dos Saunier y llegó a 28" de Leonardo y su compañero de equipo. Evans, mientras, ya tiene lo que buscaba, ahora, le toca defender la joya cuando lleguen los Alpes y se pruebe contra el crono.
Evans, Menchov, Sastre, Riccó y Vandevelde protagonizaron en la subida a Hautacam el grupo de los señalados y vigilados, que cruzaron la meta a 2:16 de Piepoli. El grupo de los hombres a vigilar en la general no contó con un Valverde que se puede despedir de hacer historia. El murciano sufrió la dureza del Tourmalet y, después de Hautacam, y perdió unos 3:35 respecto a Evans.
La etapa reina de los Pirineos poco defraudó. Reunió el aroma mítico y especial que nunca puede perderse. La esencia del Tourmalet y la llegada en alto a Hautacam examinaron de verdad a los atrevidos, a los valientes y a los que, con maneras, quieren escribir su nombre con letras de oro en la historia de 'Le Grande Boucle'.
No faltaron las aventuras de los 'secundarios', que pasaron a mejor vida en la última ascensión. El francés Di Gregorio se quedó como cabeza de carrera por momentos. El de la Francaise des Jeux entró en la fuga del día y, más tarde, acabó coronando el Tourmalet por su cuenta. Precisamente, en ese terreno comenzó la pesadilla de Valverde. El murciano se quedó rezagado respecto al grupo importante en las últimas rampas del Tourmalet. Pereiro y Arroyo tuvieron que sacrificarse por su jefe de filas y se quedaron en el olvido. El impresionante trabajo del CSC, con Voigt y Cancellara de lanzadores, tuvo mucha culpa de la virtual despedida de Alejandro de este Tour.
Saunier y Evans, en lo más alto
El descenso, con veneno, enlazó el Tourmalet con Hautacam, ése que dictó sentencia. Di Gregorio acabó siendo neutralizado, producto de la situación de carrera. Llegó el momento de los que están llamados a dar que hablar. Cobo, Piepoli y Frank Schleck, entre otros, saltaron, destrozaron el guión y acabaron convirtiéndose en referencia. El Saunier se montó su exhibición. Leonardo y Juanjo Cobo acabaron dejando atrás a Schleck, llegaron solos a la recta de meta y disfrutaron del producto de un trabajo y un entendimiento inigualable.
Los Evans, Menchov, Vandevelde, Riccó y Sastre, que se convierte ahora en nuestra mejor baza, firmaron tregua en la persecución. Cadel Evans se enfunda el maillot y podrá disfrutar del día de descanso de este martes con nuevo uniforme. Los Pirineos dejaron huella. Esto es el Tour.
www.marca.com (14.07.2008)
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